A los propios síntomas del estrés a nivel corporal se suman múltiples molestias: insomnio, dolor de cabeza, mareos, dolores musculares, trastornos digestivos, infecciones, manchas o afecciones en la piel, trastornos respiratorios y circulatorios o digestivos (variaciones en el peso).
El burnout suele definirse a través de tres dimensiones:
- Agotamiento es la sensación de ya no ser capaz de ofrecer más de sí mismo a nivel emocional;
- Suspicacia/escepticismo es una actitud distante hacia el trabajo, hacia las personas a las que se está ofreciendo el servicio y también hacia los compañeros de trabajo;
- Ineficacia es la sensación de que no se están llevando a cabo debidamente las tareas y de que se es incompetente en el trabajo.
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